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Posts Tagged ‘RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA’

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Empresa y responsabilidad
Conversaciones con Ivan Levaï e Yves Messarovitch
AUTOR: François Michelin
Ediciones Encuentro, 2009.

Son pocas las ocasiones que permiten abordar –sin censuras– la problemática y el desafío del trabajo en la empresa moderna. O el trabajo es para la construcción de la propia persona y, por tanto, del mundo, o al final se convierte en un lugar de violencia y pretensión que va minando la ilusión de cada hombre.

François Michelin es un apasionado hombre de empresa, líder indiscutible de una de las empresas más importantes del último siglo. En esta ocasión nos ofrece, a través de un ameno diálogo con dos periodistas económicos franceses de primera línea, toda su experiencia: la unidad de la fe y los negocios, la justicia social, la dignidad del trabajador, el horizonte de nuevas iniciativas, las decisiones delicadas, etc. En el fondo de todo ello late una pregunta: ¿es posible ser católico de verdad y empresario? Michelin afronta directamente esta cuestión con la sencillez y la naturalidad de quien no tiene nada que defender: «¿Y por qué no?».

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La responsabilidad social corporativa, ¿responde a la DSI?

 

Wikipedia define la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como: “el conjunto de prácticas y sistemas de gestión que persiguen de forma voluntaria la sostenibilidad económica, social y medioambiental de la empresa y la interacción con los grupos de interés que operan en el ámbito de las operaciones de la empresa”. También se puede definir como el reconocimiento e integración en sus operaciones por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales.

 

Los grupos de interés son aquellos con los que se relaciona la empresa, es decir, los clientes, los proveedores, los trabajadores, la Administración Pública y la sociedad en general. Numerosos factores impulsan este avance de la responsabilidad social de las empresas:

§  Las nuevas inquietudes y expectativas de los ciudadanos, consumidores, poderes públicos e inversores en el contexto de la mundialización y el cambio industrial a gran escala.

  • Los criterios sociales influyen cada vez más en las decisiones de inversión de las personas o las instituciones tanto en calidad de consumidores como de inversores.
  • La preocupación cada vez mayor sobre el deterioro medioambiental provocado por la actividad económica.
  • La transparencia de las actividades empresariales propiciada por los medios de comunicación y las modernas tecnologías de información y comunicación.

 Me voy a centrar en el grupo de interés del trabajador.

 

La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) considera los valores de la equidad, la participación de los trabajadores y la búsqueda de intereses colectivos. Independiente de si se gana dinero o no, la persona es el fin último y sus derechos se derivan de su dignidad inalienable. Ejemplo: la sensibilidad al medio ambiente, la oposición al trabajo infantil son factores a los que la empresa responde requerida por los clientes concienciados en estos temas.

 

Diferencias entre la DSI y la  RSC

Permanencia vs Coyuntura. La DSI protege a la persona y da importancia al trabajador siempre, por definición,  mientras que la RSC mira la coyuntura, depende de lo que piensen los clientes y accionistas en ese momento.

 

Normativa vs Instrumental. En la DSI  defiende a la persona por principio, es un fin en sí misma, a la que cualquier medio debe someterse, según el viejo principio de “el fin no justifica los medios”. La persona según la RSC es un medio para el fin de la empresa (ganar dinero y permanecer en el mercado).

 

Participación. Debido a que la persona es protagonista tiene derecho a participar en las decisiones empresariales, según la DSI. Cooperativas, como el grupo Mondragón, se han constituido de esta forma. La autogestión es un valor en sí mismo. La empresa capitalista, sin embargo, no tiene por qué ofrecer esa gestión del personal en las decisiones de la empresa, competencia de la Dirección y el Consejo de Administración.

 

Un ejemplo puede ser Telefónica donde he trabajado más de 20 años y vivido un cambio de cultura debido a la privatización y liberalización del mercado. A pesar de la memoria sobre RSC y su propaganda, el trabajador es peor tratado que cuando era empresa semipública en un monopolio “natural”.

 

Responsables somos todos

 

La ética de la empresa va a depender de la ética de sus miembros, teniendo en cuenta que a medida que se asciende en la jerarquía, más necesario va a ser un comportamiento moral bueno, debido a un efecto ejemplarizante. La ética de sus miembros va a depender de su libertad personal y de su conciencia. Hace falta una adecuada formación de la misma, para que la conciencia se aproxime a la ley moral natural. La creencia religiosa, aunque no es necesaria, puede ayudar, a una actuación buena debido a la ayuda que el Ser Supremo puede prestar al verdadero fiel que la solicita.

 

El poder de los trabajadores es comprometerse en sindicatos responsables, que atiendan no sólo a los intereses de los trabajadores de la empresa sino al del conjunto, incluyendo parados y trabajadores del llamado tercer mundo. El porcentaje de trabajadores sindicados, como el de ciudadanos afiliados a partidos políticos, es mínimo frente al total. ¿Por qué existiendo libertad sindical y política, cauces de participación, la gran mayoría “pasa” de sus deberes laborales y ciudadanos, dejando el poder de  decisión en pocas manos? El poder de los ciudadanos y de los trabajadores consiste en elegir a sus representantes mediante el voto.

 

El poder de los consumidores está en agruparse en asociaciones desde las que exigir estos valores. La DSI propone un consumo frugal, porque el consumismo es insaciable , esquilma los recursos naturales y no da la felicidad. Una propaganda omnipresente incita, a veces, utilizando los instintos básicos a consumir por consumir. El poder de los inversores supone invertir en empresas responsables.

 

 Además de todo ello queda el testimonio personal. No puedo cambiar mi empresa, pero sí mi puesto de trabajo. No puedo vencer el consumismo reinante consecuencia de una propaganda apabullante, pero puedo ser austero. Por ejemplo, se puede vivir sin coche ni móvil o no ir a las rebajas para comprar gangas innecesarias.

 

No se puede menospreciar lo pequeño, porque como decía Schumacher, en su famoso libro, lo pequeño es hermoso. Muchas cosas pequeñas quizá no cambien el mundo pero ayudan a hacerlo más habitable. La alegría también se basa en seguir la conciencia cuidando los detalles, como ofrecer y acabar una tarea, prestar un servicio con buena cara, cumplir los horarios y normas laborales. En definitiva, tener en cuenta al otro y sus necesidades en las relaciones personales de esta comunidad humana que es la empresa.

 

Javier Pueyo Usón

Profesionales por la Ética de Aragón

 

 

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